Sueños rotos, por Eric Walker Whitelaw, A Coruña

¿Quién no ha dicho nunca la frase: “de mayor quiero ser...”? Antiguamente, solía ser normal decirlo y conseguir el deseo, sin embargo, actualmente esto se sustituye por “de mayor debo ser”. Esta obligación de tener un trabajo no deseado se debe a la situación económicamente mala y difícil de nuestro país, más conocido como la crisis. Este trance ha sido tan dañino, que según el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), la patronal bancaria española estimó en 53.081 millones de euros las pérdidas materializadas desde 2019 en España. A pesar de este problema, hay gente que se arriesga a seguir su sueño, pero normalmente acaba emigrando, en paro o, en el peor de los casos, sin techo. En la vida, los riesgos son muchos. Es fácil decir que ha afectado gravemente los estudios de los adolescentes. No son solo los recortes lo que han generado problemas, sino que también las aspiraciones de estos. Profesiones en los sectores de comercio y construcción (los más afectados por la crisis según ABC) son sustituidos por otros de menor prestigio. A pesar de esta noticia, hay algunos que deciden seguir adelante desplazándose a otros países, como Alemania, el cual ha ayudado por su gran necesidad de ingenieros. Desgraciadamente, al marcharse tantos jóvenes, se pierde parte del futuro español, ya que preferirán dar parte de sus méritos a aquellos que les han dado la opción de conseguir lo que querían y no a su patria, la cual hizo todo lo contrario. Con todo, esto es, en gran parte, gracias a los pertenecientes a la doctrina y actividad política, quienes no han sido capaz de mantener una nación estable. Como dijo Amado Nervo, poeta mexicano, “las almas superiores no tienen miedo más que a una cosa: a cometer una injusticia”. Todos preferirían dedicar el esfuerzo de sus neuronas a seguir su sueño, sin embargo, sería prácticamente imposible. Publicado en la Opinión A Coruña