lunes, 13 de enero de 2014

Se necesitan líderes. Por Fernando Rodríguez Corcoba, A Coruña



A lo largo de la historia, hemos podido comprobar cómo en aquellos momentos más difíciles por los que atravesaba la sociedad de un país determinado, esta se recomponía y lograba salir de semejante apuro porque emergía un ser humano capaz de ilusionarla, mediante el convencimiento de que era posible salir de aquella situación, siempre y cuando la inmensa mayoría de los ciudadanos de ese país estuvieran dispuestos a hacerlo.
No solo en la especie humana, sino también en la especie animal, es necesario que exista una persona llamada “líder” para que, en los momentos de dificultad, de graves problemas, situaciones que pueden llevar al traste a una sociedad organizada, etc., sea capaz de aglutinar esfuerzos y dirigirlos hacia un objetivo común y de interés general. En el mundo animal se le denomina “jefe de la manada”, y en la especie humana, “líder del grupo o de la organización”.
España se encuentra, en mi opinión, en esa situación de dificultad, de crisis, de malestar social, llámese como se quiera llamar, que es imprescindible que tengamos una referencia, un líder aceptado y querido por la inmensa mayoría del pueblo, y que haga posible nuestra salida del túnel en el que nos han metido los dirigentes políticos y financieros de al menos los últimos diez años.
Con los datos de las últimas encuestas, en los que nuestro presidente del Gobierno, Sr. Rajoy, obtiene una puntuación inferior al 3 (de diez puntos posibles) y el Sr. Rubalcaba está en la misma línea, parece evidente que ninguno de los dos son las personas que realmente puedan dirigir este país con la suficiente capacidad de liderazgo que se necesita. Si a ese dato le añadimos que el 86% de los españoles considera que Rajoy tiene poca o  ninguna capacidad para sacarnos de la crisis, y con respecto al Sr. Rubalcaba el porcentaje todavía se eleva al 89%, considero que ninguno de los dos son las personas idóneas para llevar a cabo esa función. Evidentemente con eso no quiero decir que no puedan ganar unas elecciones, claro que puede ganarlas el partido por el cual se presentan, pero me pregunto: ¿las ganarían si las listas fueran abiertas y cada ciudadano pudiésemos votar a quien considerásemos oportuno?
Para que exista un verdadero líder es necesario que éste tenga una gran capacidad de convencimiento, no tanto la capacidad de convocatoria, ya que ésta con los medios que se disponen a día de hoy depende más de una buena capacidad económica (provenga esta por medio lícitos o ilícitos) para llevar a cabo el traslado y desplazamiento de las personas y organizar una buena campaña en los medios de comunicación, en definitiva una convocatoria que no depende de la voluntad reflexiva del propio ciudadano. 
El convencimiento de las personas se obtiene por la aplicación de algunas de las más representativas características de alguien que se considere un líder: 
1º.- Cercanía con los ciudadanos a los que trata de gobernar; actuando conforme a los deseos de la mayoría del pueblo, escuchando y dialogando con los representantes de la sociedad.
2º.- Coherencia y transparencia en lo que se promete y lo que se hace.
Es evidente, público y notorio que ninguna de estas características se dan en ninguno de los dos dirigentes de los partidos mayoritarios de este país y por tanto no puedo considerarlos como líderes capaces de sacarnos de esta crisis, que como dirían los romanos: tienen ustedes potestas, pero no tienen o carecen de la suficiente auctoritas, o sea, el verdadero reconocimiento por parte de la sociedad, independientemente de la legalidad que tengan en base a los votos obtenidos en un momento determinado.

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